Acceso Abierto: mayor visibilidad para los autores, más diversidad para los lectores


Por Guillermo Banzato

El movimiento de Acceso Abierto propone dos alternativas para difundir los resultados de la investigación científica: por un lado la vía dorada, que consiste en publicar en revistas que no les cobren a los autores por sus trabajos ni a los lectores por leerlos; y por otro la vía verde, que consiste en que la producción científica de una institución (y obviamente de los autores que la componen) esté depositada en un repositorio con libre acceso para los lectores, y esto incluye a los libros, las ponencias y conferencias en congresos, programas, proyectos, tesis, entre otros materiales. Como pueden imaginarse, este sistema significa un avance fundamental en la democratización del conocimiento, especialmente de aquel solventado con fondos públicos.

Sin embargo, todavía hay mucho por hacer para que los autores se apropien de estas nuevas herramientas, pues todavía hay preguntas fundamentales que ellos se hacen al respecto: ¿Cómo hacer para distinguir cuáles son las revistas que están en Acceso Abierto? ¿Cómo integrar sus publicaciones al repositorio digital de las instituciones en que trabajan? ¿Cuáles son los beneficios de hacerlo? ¿Está garantizada la calidad de la producción difundida en Acceso Abierto?

Una buena parte de las revistas científicas están en formato digital, de manera que es más sencillo encontrarlas y poder leer sus políticas relacionadas con el Acceso Abierto. Además, la Universidad de Nottingham ofrece un servicio gratuito para verificar qué tipo de permisos otorgan las revistas científicas a los autores, denominado Sherpa/Romeo. En esta página se pueden consultar estas políticas, identificadas con diferentes colores que indican fácilmente qué nos permiten hacer los editores con los artículos que nos publican:

Verde: Se puede archivar el pre-print (es decir, la versión anterior a la revisión por los evaluadores de la revista) y el post-print o versión de editor/PDF (es decir, después que fue evaluado, corregido y maquetado).

Azul: Puede archivar el post-print o versión de editor/PDF.

Amarillo: Puede archivar el pre-print.

Blanco: No se puede archivar ninguna versión, sólo queda disponible la de la revista.

 Los repositorios digitales pueden incorporar documentos por decisión institucional (mandato) o por envío de los propios autores (autoarchivo). El mandato es una norma que obliga a los autores a depositar una copia de su producción en un repositorio. En Argentina, como ya se ha dicho en este blog, la ley 26.899 dispone que los resultados de las investigaciones financiadas con fondos públicos deben estar en un repositorio de acceso abierto y gratuito. Otro ejemplo, en nuestra Universidad los egresados de posgrados tienen que depositar sus tesis como condición para el otorgamiento del título. La Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación dictó la Resolución 270/11, por la cual todas las tramitaciones se hacen desde la Biblioteca y depositando en el repositorio Memoria Académica.

El autoarchivo ha sido la recomendación expresa de la primera declaración de Acceso Abierto en Budapest en 2002. Es una decisión del propio autor y depende de la percepción que ellos tengan de los beneficios que pueda acarrearles o de la disposición que tengan a compartir sus trabajos. Es cierto que también está supeditado a los compromisos que las editoriales les hacen firmar, sobre todo en las ciencias físicas, naturales, biológicas, químicas y de la tierra. En este video, se interpreta una posible discusión entre una autora y un editor.

En algunos repositorios, como en Memoria Académica, se ofrecen formularios de autoarchivo en línea muy simples y de fácil acceso. Pueden ver este tutorial de la Universidad Nacional de Colombia, con un sistema similar. Sin embargo, todavía el autoarchivo tiene una incidencia mucho menor que los mandatos en la inclusión de trabajos en los repositorios, es un tema de cultura académica sobre el cual quienes abogamos por el Acceso Abierto tenemos que seguir bregando.

En ese sentido, los beneficios del autoarchivo son varios:

  1. Visibilidad: Los repositorios están muy bien ubicados en los rankings de los buscadores, por lo tanto hay mayores posibilidades de que más lectores encuentren nuestros documentos y los lean.
  2. Contexto institucional: los documentos no están sueltos como en un blog personal, sino que se encuentran en el contexto institucional de producción académica y, por lo tanto, permite un diálogo inmediato con otras obras de su estilo.
  3. Resguardo: toda la producción queda protegida, no solamente ante posibles fallos en las computadoras personales, sino también desde el punto de vista legal a través de las licencias Creative Commons.

Finalmente, si de calidad académica se trata, siempre que se respeten los procedimientos de evaluación de cada disciplina, y éstos estén debidamente indicados, no hay ninguna diferencia con el formato papel tanto en libros como en revistas. Pueden ver ejemplos de estas políticas en el Portal de Libros y el Portal de Revistas de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *