Presentación del PFC en el taller GGGP para el ciclo lectivo 2017. Próximo Jueves 6 de Julio en el horario de Taller.​

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Introducción
El Trabajo Final de Carrera (TFC) es un espacio curricular del Plan de Estudios VI de la FAU UNLP, dentro del Ciclo Superior. El TFC se llevará a cabo bajo la modalidad de Proyecto Final de Carrera (PFC) el que será realizado en forma individual, siendo el ámbito académico de realización el Taller de Arquitectura, ajustándose en todos sus términos al Reglamento General de Trabajo Final de Carrera Resol CD 192/15.
En el Taller se estructura su realización bajo la denominación PFC | Ciudad – Arquitectura: Urbanidad-Ciudad sostenible-Espacio público-Equipamiento-Vivienda contemporánea.

Concepto
El PFC, en el TVA GGGP, es un trabajo académico que tiene por objeto conseguir que el estudiante culmine un proceso de síntesis e integración de los conocimientos adquiridos durante la carrera y verificar sus interrelaciones, alcanzando las competencias necesarias para dirigir el proceso que requiere un Proyecto de Arquitectura. Deberá demostrar solidez formativa, y reflexiva, para producir una síntesis final en la gestión y producción del proyecto urbanoarquitectónico y las demás áreas de conocimiento para poder resolver en forma integral la secuencia: Proyecto Urbano-Arquitectónico; sentando posición teórica y manifestando autonomía crítica. Se pretende conseguir un trabajo acabado que se sitúe como el último de la vida universitaria y el primero de la profesión.

Definición y encuadre
El PFC TVA GGGP es la máxima expresión académica, en términos disciplinares y profesionales, del plano ideológico entendido como ciudad + arquitectura + cultura material, en la formación del estudiante, para comprender la condición contemporánea de la ciudad y la arquitectura donde actuara profesionalmente. El PFC se centra en la búsqueda de excelencia en la gestión y producción del proyecto de arquitectura y su articulación con la dimensión urbana, de modo tal de construir ciudad y también ciudadanía.
La agenda contemporánea incorpora al dilema cuantitativo la dimensión cualitativa del habitar. Redefinir la identidad individual, recuperar el paisaje urbano como ámbito público por excelencia y preservar la calidad ambiental no son objetivos abstractos. La arquitectura, la cuestión urbana y el territorio son un problema de la ciudadanía y requieren su compromiso y participación para lograr estas metas. Necesitamos más arquitectura y, sobre todo, más ciudad.
El habitar tiene que ver con la esencia de lo humano, con lo que, le es propio sólo al hombre y sólo a él le corresponde. El habitar tiene que ver con el estar humano en la tierra; el hombre, en su estancia en la tierra, acondiciona lugares para hacer posible su estar, por un lado para defenderse de las agresiones de la naturaleza, pero además, y lo que es más importante, porque es lo que lo identifica como hombre, para realizar su esencia como hombre, para posibilitar situaciones de orden superior a las meramente domésticas, y es esta condición sobre la que insiste Heidegger, en que hay que incidir.
El arte de vivir y su relación con el hombre debe ser condición superadora del plano meramente técnico.
Sin embargo la degradación ambiental, el llamado “urbanismo basura”, la obsolescencia de propuestas y la pobreza arquitectónica obligan a pensar que la mezquindad de la ciudad contemporánea es una fiel imagen del deterioro del organismo colectivo.
Nuestra realidad urbana no es otra cosa que el emergente de una descuidada manera de pensar el habitar ciudadano. Escasez de planeamiento, el mal común de las urbes de América Latina en las que la densificación se ha tornado incontrolable.
Razón por la que se deben generar propuestas traducidas a códigos arquitectónicos desde las políticas de planeamiento del Estado sobre un tema tan sensible como el Hábitat Popular.
El vaciamiento de las zonas centrales, la indefinición y abandono del carácter patrimonial, la escasez de infraestructura y ausencia de inversión en equipamiento, la destrucción de reservas naturales, la repetición conservadora de tipologías, son algunas de las cuestiones que reclaman hoy soluciones de fondo, al igual que el loteo desenfrenado de áreas periurbanas.
La densidad, y por ende la movilidad, como constituyentes del Tejido Urbano, son factores vitales en el desarrollo de una experimentación arquitectónica comprometida con la sociedad, que integre las lógicas económicas y las problemáticas políticas.
“La densidad urbana… pone en evidencia la necesidad de comunicación y el difundido deseo de encontrarse y de colaborar. El ambiente de alta densidad, tiene un enorme potencial en términos económicos y científicos. A pesar de la movilidad que se perfila en el horizonte y la introducción de nuevos medios, existe todavía la necesidad de la densidad para encontrar la innovación o para satisfacer el deseo de innovación.” Winy Maas (MVRDV)
En este contexto, en el TVA GGGP, la formación teórica aporta criterios para una cultura crítica que tenga una base histórica y metodológica tanto de la ciudad como de sus edificios significativos y de la vivienda, conociendo los hechos esenciales, su evolución, las interpretaciones estéticas y antropológicas, los instrumentos de análisis de las formas de la arquitectura y los criterios técnicos que favorecen la sostenibilidad.
La práctica evolucionara desde la gestión urbana, el proyecto urbano y arquitectónico, los estudios de detalles, hasta la resolución en diferentes situaciones del hecho arquitectónico, como áreas centrales, infraestructuras vacantes, nuevos barrios residenciales y de rehabilitación urbana.

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