El síndrome del objeto reluciente: cuando una pequeña luz hace que pierdas el foco

Hemos tomado el titulo de un post elaborado por Josete Sendra que aborda un tema de total actualidad en estos momentos, en que por influencia del coronavirus, todos estamos intentando trabajar desde nuestras casas.

Josete lo toma desde su experiencia como emprendedor pero se hace muy presente cuando no tenemos cultura de trabajar en casa y el “objeto reluciente” suele cobrar más intensidad porque parece que nuestro tiempo se ha “ampliado” notablemente y allí comienzan nuestras desventuras.

Y si a esto le sumamos una pequeña tendencia a la procastinación y la infinidad de “distracciones”, todo contribuye a la tormenta perfecta: disminución de nuestra productividad.

Por eso vamos a tomar textuales algunos párrafos del blog de Josete, que no podríamos escribir mejor lo que él describe tan bien.

“¿En qué consiste el síndrome del objeto reluciente?

Lo acabo de mencionar implícitamente. En estar realizando una tarea o acción y perder la atención en otra que a tu mente le parece más atractiva en ese momento, porque suponga una novedad, porque crees que va a ayudar a tu negocio, porque te atrae más.

El ejemplo perfecto de síndrome del objeto reluciente sería estar trabajando en al-go, parar a tomar un café, leer una noticia y sentirte atraído por ello. Tanto que después de esa pausa no eres capaz de seguir con la tarea sino que te pones a investigar sobre la noticia.”

“¿Cómo identificar el síndrome del objeto reluciente?

Aunque el objeto reluciente suele aparecer de manera insospechada, de improvisto, es fácil verlo venir. Estás realizando otra actividad y aparece esa idea que estábamos mencionando, apasionante, maravillosa, va a cambiar tu vida. Sientes que tienes que dejar esa acción o trabajo que estabas realizando para atender a otra cosa que te va a llamar la atención durante un pequeño período de tiempo.

Te va a llevar poco tiempo, a priori, pero será el suficiente antes de que alguna otra cosa distinta empiece a brillar y sientas la necesidad de ir a ver qué es.

El engaño está servido. Tu mente adora las novedades, los cambios de aires, las nuevas ideas, los nuevos proyectos. Y además, está encantada con procrastinar. Sientes que llevas demasiado tiempo para acabar el proyecto, estás trabajando en esas tareas oscuras y monótonas que no son visibles y te apetece más conocer novedades.

Por si fuera poco, el objeto reluciente puede colarse en tu vida personal. En una conversación familiar, en una tarea doméstica, mientras ves una película. El objeto reluciente no respeta ni tus tiempos más personales y sagrados.

Esto es algo muy frustrante, ya que el tiempo se te escapa de las manos, sin comenzar o terminar nada en particular y terminas el día con la sensación que no ha sido nada productivo. Acabas postergando el fin de tus tareas planificadas, te enfadas, rindes menos, y se genera un círculo vicioso que no colabora en nada.”

Y por ello Josete propone unas acciones cuya pretensión es combatir el síndrome del “objeto reluciente”:

  • Planifica las tareas del día. Pero cuando tengo la semana organizada, cuando la noche anterior planifico las tareas del día siguiente rindo más, cedo menos ante las distracciones.
  • Que las tareas no sean muy grandes. No intentes comerte un elefante de golpe, cómelo a bocados. Que tus objetivos sean pequeños, medibles, alcanzables.
  • Pide a tu gente que respete tus tiempos. No hay nada peor que constantes interrupciones. No de clientes, eso no son interrupciones, se pueden organizar, y cuando no se pueden organizar hay que entender que en los tiempos de “atención al cliente” estás para ello.
  • Desconecta. En la medida de lo posible usa el modo avión, es maravilloso. Deja el teléfono en otra habitación o en silencio. Apaga el router si puedes trabajar sin internet. Busca aplicaciones que evitan que uses el teléfono o que visites determinadas páginas webs, tú y yo sabemos cuáles son perfectamente.
  • No pierdas los objetos relucientes. No se trata de dejar escapar esa “maravillosa idea” que te puede cambiar la vida. Se trata de capturarlos para analizarlos en otro momento. Guarda una nota de voz, emplea Pocket, las notas del móvil, un post-it, una libreta, tu agenda, lo que sea. En la sección de ideas para más tarde. Cuando vengan, no te sientas culpable. Déjalos pasar, deja que la distracción se vaya conforme llegó. Pero haz que salga pronto. La frustración no es buena, hay que tratar de evitarlo, no que te cabree y te saque completamente de la tarea.
  • Intenta no comenzar una tarea hasta que no acabes la que tienes entre manos. Suena fácil, pero cada vez somos más multitareas, y eso es fatal para tu productividad.
  • No te pases planificando tareas en el día. Parece que no tenga nada que ver con el síndrome del objeto reluciente, pero cuando mayor es el número tareas tu mente tiene la sensación de tener más libertad para moverse entre ellas y es más susceptible a las distracciones.
  • Emplea técnicas de concentración. Utiliza los famosos pomodoros.
  • No te olvides de procesar esos objetos, pero cuando se lo merezcan. Antes he comentado que es importante capturarlos. Recuerda procesarlos. Que tu mente entienda que ese “luego lo pienso” es real. Así el equilibrio, aunque suele ser difícil, será más alcanzable y no te «perderás» las posibles ventajas del síndrome del objeto reluciente, si es que las tiene.

Todo esto con la intención “mantener el foco” y ser constante, que aunque a veces aburrido, suele pagar buenos dividendos.

Nota: si quieres leer el post completo de Josete ingresa AQUÍ

¿Cómo haces para evitar las distracciones?

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