Recuperar el prestigio del farmacéutico (VI)

 Nota: este es un Blog creado como ampliación de aula y especialmente dirigido a alumnos de la carrera de Farmacia y por ello nos permitimos rebloguear ciertas notas para dar visibilidad a temas que son de nuestro interés, que atraviesan cotidianamente nuestro ejercicio profesional y que suelen ser temas de discusión con y entre alumnos.

 Este articulo que reblogueamos es la continuación notas anteriores escritas por Manuel Machuca, aquí va el contenido de la sexta nota:

 Para tomar decisiones sobre un tema, además de saber de ese tema, hay que tener libertad para actuar. Para ser guardianes de la sociedad en materia de medicamentos no se puede depender de ellos para sobrevivir. Ni mucho ni poco, nada. Eso es para los medicamentos y para cualquier aspecto de la vida. No puede haber conflicto de intereses, y por ello, los farmacéuticos, si pretenden ejercer una práctica como la mencionada en la entrada anterior, deben percibir sus honorarios profesionales en función de esa práctica y no de producto alguno. Esto hace difícil el encaje de esta práctica en las oficinas de farmacia, pero no imposible ni mucho menos. De hecho, en países en los que es ya una realidad, se reconoce y, por lo tanto, se paga, hay farmacias que se han incorporado con unidades independientes de la dispensación. Pero también hay muchas otras que no, que han preferido seguir trabajando de modo tradicional, circunscribiendo su trabajo al que ya conocemos.

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Recuperar el prestigio del farmacéutico (V)

Nota: este es un Blog creado como ampliación de aula y especialmente dirigido a alumnos de la carrera de Farmacia y por ello nos permitimos rebloguear ciertas notas para dar visibilidad a temas que son de nuestro interés, que atraviesan cotidianamente nuestro ejercicio profesional y que suelen ser temas de discusión con y entre alumnos.

 Este articulo que reblogueamos es la continuación notas anteriores escritas por Manuel Machuca, aquí va el contenido de la quinta nota:

El prestigio no es algo que den a nadie por su cara bonita. El prestigio es admiración, y en el caso de una profesión, a su actuación en pro de la sociedad. La profesión farmacéutica comenzó a perder su prestigio con la industrialización de la elaboración de medicamentos, algo que, con las lagunas y contradicciones que todo tiene, vino a abaratar costes, a generar ganancias a las farmacias que se habían transformado en laboratorios (todos los laboratorios farmacéuticos fueron en su origen farmacias que aprovecharon las tecnologías del momento para crecer y transformarse)  y, como el dinero llama al dinero, fomentó la investigación y el descubrimiento de nuevas moléculas que han permitido aumentar la esperanza de vida y mitigar el dolor y el sufrimiento de muchas personas, siempre y cuando estas o sus gobiernos tuvieran dinero para pagar la factura, claro, y a pesar de que no todo el monte es orégano, pero eso sería harina para otro costal que no centra el tema del que quiero hablar.

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