Pautas para el Trabajo Final | 2021

Estimadxs, compartimos los lineamientos para la elaboración del trabajo final correspondiente a la materia. El mismo será trabajado en cada comisión, integrando lo abordado en los espacios de teóricos y prácticos.

Les proponemos la elaboración de un escrito a partir de la selección de 2 (dos) lecturas del programa dadas en el transcurso del segundo cuatrimestre (unidad 3 en adelante) y la vinculación de estas con al menos 1 (uno) de los materiales audiovisuales compartidos durante el año en este blog. De forma opcional pueden incluir 1 (un) material, audiovisual o gráfico, propuesto por ustedes.

Deberán plantear y problematizar, desde una mirada crítica, aspectos que crean convenientes y poder arribar a la elaboración de interrogantes o posibles conclusiones.

Sugerimos iniciar la redacción contando a lxs lectorxs qué elementos van a poner en diálogo a modo de introducción, donde se justifique la selección de bibliografía y materiales a abordar. Realizar un desarrollo donde se tomen aspectos conceptuales, se argumente con el correspondiente citado y  se elabore el análisis. Por último, una conclusión donde se retome lo central de lo desarrollado y se realice una reflexión personal.

Se valorará especialmente la mención a autores, conceptos, categorías, que den cuenta de un manejo fluido de los temas del programa y bibliografía sugerida. Es importante diferenciar la voz propia de los conceptos tomados de fuentes bibliográficas y audiovisuales. 

Características formales

Trabajo individual o en grupos de hasta 3 (tres) estudiantes.

Portada que contenga título asignado al trabajo, nombre, apellido y legajo de lxs integrantes del grupo, nombre de la materia, identidad gráfica de la UNLP y la FdA.

Formato A4, Arial 12, interlineado 1,5, un mínimo de 2 (dos) carillas de extensión y no más de 4 (cuatro).

Apartado de referencias bibliográficas.

Tipo de archivo a convenir con su docente de comisión (.docx, .pdf, etc.)

Pautas de escritura académica para la realización de citas y referencias bibliográficas.

Fecha límite de entrega, 30 de noviembre.


Los materiales audiovisuales pueden encontrarlos y seleccionarlos de las categorías del blog tituladas “material de consulta” y “guías de encuentro 2021”, así como de los presentados a continuación.

La Nación Clandestina - Jorge Sanjines 1989

La Revolución Es Un Sueño Eterno

Carta del General Valle al General Aramburu - 1956

Manifiesto Grupo "Espartaco" - 1961

Carpani, documental sobre Ricardo Carpani - 1995
TEXTO PERIODÍSTICO 

Bazán, Jazmín (8 de enero de 2021). La voz de la mujer: el diario feminista que hablaba de explotación laboral, amor libre y esclavitud doméstica en el siglo XIX. elDiarioAR. Recuperado de  
https://www.eldiarioar.com/sociedad/voz-mujer-periodico-feminista-explotacion-laboral-amor-libre-esclavitud-domestica_130_6735069.html
FONDO RODOLFO KUSCH.
Hombre bebiendo luz – Rodolfo Kusch, en procura de un pensamiento continental autónomo. Jorge Falcone
Patagonia Rebelde Memorias del Viento. Contenidos UNPA
Eva Perón, 100 años – Canal Encuentro.
Debate parlamentario sufragio femenino Argentina 1947
«MATEN A PERÓN» Documental de Fernando Musante.
Filmoteca Online: Documentos Políticos 9
Ricardo Carpani
Visión Siete: La propaganda de la dictadura, TV Pública.
Correspondencia | Luis Machín: Rodolfo Walsh, carta a Vicky
Alejandro Mono González. El arte del muralismo brigadista callejero de Chile.
El Último Rescate. Identidad para los 123 desaparecidos de Malvinas.
Soldados de Malvinas en la Cruz Roja.
La noche de las guerras.
El modelo de la apertura neoliberal 1976 – 2001
Mujeres lo personal es político. El trabajo – Canal Encuentro

Encuentros sincrónicos 8 y 9 de septiembre

En el marco de la unidad 3 de nuestro programa de trabajo, la cátedra invita a estudiantes y docentes del ciclo lectivo 2021 a compartir una charla con Karina Oldani del Colectivo GUIAS. Este encuentro surge como aporte desde un proyecto de adscripción y va en línea con el interés de la cátedra de poner en diálogo voces y debates que trasciendan el aula.

Las/los esperamos en el horario habitual de los teóricos.

Fuente de la imagen utilizada para la propuesta gráfica: espaciomemoria.ar/memoriaencasa/prisioneras/

A propósito de la temática recordamos el Día de la Mujer Indígena celebrado el 5 de septiembre en conmemoración de Bartolina Sisa, mujer Aymara, que entregara su vida en defensa de su pueblo contra las fuerzas realistas durante la rebelión anticolonial llevada a cabo junto a su esposo, Tupac Katari, en el Alto Perú, actual Bolivia en 1781. Mantuvieron la ciudad en estado de sitio durante 184 días. Bartolina Sisa fue ejecutada el 5 de septiembre de 1782.

Apoyamos la lucha por la erradicación de todas las formas de violencia de las que son víctimas por ser indígenas y por ser mujeres. Solo en Latinoamérica existen alrededor de 522 pueblos indígenas y en total la población sumaría 42 millones de personas. El 59% son mujeres.

Añadimos también, el enlace al documental Bartolina Sisa (2008), dirigido por Demetrio Nina; Ninafilms Cinematografía Boliviana.

Para poner en diálogo

Compartimos con ustedes la carta publicada por el CECIM La Plata, este 4 de agosto, de gran importancia respecto de la defensa de la soberanía ante recientes expresiones de personas vinculadas al campo intelectual y político.

En este sentido, recomendamos el audiovisual “En el nombre del litio”, una producción de Calma Cine y Farn. También dejamos el enlace del sitio web, donde encontramos información relevante acerca de esta causa.


Carta a los Negacionistas

Ver publicación del CECIM La Plata en la plataforma Facebook: Carta a los Negacionistas

Carta-a-los-Negacionistas.-CECIM-La-Plata


En el nombre del litio

Sitio web: https://enelnombredellitio.org.ar/

Guía de encuentro | 5

Miércoles 9 de junio de 2021.

Vamos a introducirnos en este encuentro, en la Unidad 2 del programa; la misma lleva por título Las Revoluciones por la independencia en el siglo XIX. De manera particular, nos vamos a referir a uno de los temas de la unidad, como es el pensamiento social y político de Simón Bolívar. La bibliografía para este período de la historia americana es sumamente extensa. Nos limitaremos a indicar algunas lecturas ampliatorias y trabajaremos de manera particular sobre la selección y análisis de fragmentos tomados directamente de los escritos del libertador. Se considera a sus proclamas y documentos, como uno de los pilares del pensamiento latinoamericano, máxime si lo contextualizamos en el período de las guerras por la independencia en América. Su huella indeleble, junto con otros tantos prohombres y pensadores del período, está signada por el sentido y la defensa firme de la libertad de los pueblos y por la afirmación de la identidad americana. Esta noción de libertad y de identidad americana, fue acompañada por la certeza de una acción política que hiciese tangible lo anhelado por los pueblos. En este mismo sentido, se resalta en su concepción la función utópica cumplida por la categoría de integración y unidad de las naciones. (Arpini, 2010:48).

Hallamos en el pensamiento bolivariano, una perspectiva antropológica fundada en la revalorización del sujeto popular americano, que inaugura un sentido histórico de futuro novedoso para el clima de ideas políticas de la época.  (Arpini, 2010:48).

Algunos datos sobre el prócer que nos ocupa.

Su nombre completo es Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar, y nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Pertenecía al sector social de lo Mantuanos – aquellos cuyas mujeres asistían al oficio religioso con mantillas que cubrían sus cabezas -. Socialmente su familia era descendiente de conquistadores españoles y ocupaban un lugar acomodado económicamente en el conjunto de la estructura colonial. Quedando huérfano a temprana edad, su tutela y formación estuvo en manos de su maestro Simón Rodríguez. Completó su formación en distintos viajes que realizó a Europa, en donde conoce a quien sería su esposa y con quien regresa para afincarse definitivamente en América.

De su primer período de acción política (1790 – 1804), data su vinculación con los sucesos independentista en Haití, y su afinidad en la lucha por la abolición de la esclavitud.

La ruptura con el orden colonial en la región, llevaba como presupuestos la resolución de temas como la unidad en un solo mando de lucha de los sectores que mantenían contradicciones con la Corona; la supresión del diezmo del valor total de las mercancías comercializadas en los puertos; la abolición de la servidumbre indígena y de la esclavitud.

Algunos fragmentos para analizar del libertador:

En referencia a la reafirmación de la independencia respecto del poder español, en su acto de juramento en el Monte Sacro, y ante la presencia de su maestro Simón Rodríguez, proclama:

“¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que no haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!”

En el mismo texto citado anteriormente, se ha interpretado también una autovaloración de lo americano, que pone en quiebre (Arpini, 2010:50), la propia lógica del discurso opresor europeo:

“Este pueblo (el europeo) ha dado para todo menos para la causa de la humanidad (…) para la emancipación del espíritu, para la extirpación de las preocupaciones, para el enaltecimiento del hombre y para la perfectibilidad definitiva de su razón, bien poco, por no decir nada.” (Juramento de Roma).

En su Carta de Jamaica (1815), reafirma el carácter contrario a la herencia española:

“El lazo que la unía a la España está cortado (…) lo que antes la enlazaba hoy la divide; más grande es el odio que nos ha inspirado la península, que el mar que nos separa de ella, menos difícil es unir los dos continentes, que reconciliar los espíritus de ambos países.”

Respecto del reconocimiento del sujeto histórico y su heterogeneidad, va a afirmar en su Discurso de Angostura (1819) que:

“Es imposible asignar con propiedad a que familia humana pertenecemos. La mayor parte del indígena se ha aniquilado, el europeo se ha mezclado con el americano y con el africano, y este se ha mezclado con el indio y con el europeo. Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros padres, diferentes en origen y en sangre, son extranjeros, y todos difieren visiblemente en la epidermis; esta desemejanza trae un relato de la mayor trascendencia.”

También, en el Discurso de Angostura, vuelve a referirse respecto de lo pernicioso del legado español:

“Uncido el pueblo americano en el triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibidos y los ejemplos que hemos estudiado son los más destructores.”

En el mismo discurso sentencia ante los legisladores, la empresa histórica que ante sus manos tienen, y la responsabilidad histórica de sus deliberaciones, al decir:

“No olvidéis que vais a echar los fundamentos a un pueblo naciente que podrá elevarse a la grandeza que la naturaleza le ha señalado, (…) si no acertáis, la esclavitud será el término de nuestra transformación.”

Una reflexión aparte que haremos en clase, implicaría realizar un balance entre los objetivos propuestos por el programa político bolivariano y los resultados alcanzados en el transcurso de nuestra historia como “Nación Sudamericana” (Astesano, 1986). Más allá de este ejercicio de balance a realizar, la última etapa en la vida de Simón Bolívar, parece anticipar un clima interior respecto de sus propias expectativas:

“De mis veinte años de mando en esta América solo he sacado los siguientes resultados: (…) el que sirve a una revolución ara en el mar; la única cosa que puede hacerse en América es emigrar; (…) devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos; si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de la América.” (Carta al general Juan José Flores, noviembre de 1830).

El logro de los objetivos propuestos por Bolívar, implicaban, como lo afirma en la Carta de Jamaica, la instauración de un nuevo sistema político que expresase la gesta de emancipación librada por los pueblos de América:

“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse.”

Bolívar expresa como construcción futura de américa, el ideario de la Patria Grande, abriendo con ello un destino concreto de realización histórica (no utópica) de un futuro posible. Es desde esta dimensión que deberíamos debatir el presente como un pasado no realizado aún. En este sentido es que se puede afirmar que el discurso bolivariano rompe con los universales ideológicos de Europa. Basta para comprobar lo dicho, lo analizado sobre Hegel en el texto de Alcira Argumedo que trabajamos en el encuentro pasado.

El libro que estamos tomando como referencia para esta presentación Diversidad e integración en Nuestra América de Adriana Arpini y Clara Jalif de Bertanou, formula un interrogante que creo oportuno transcribirlo para un posterior debate áulico:

“¿Cómo asumir en el presente el legado de Bolívar y de otros que como él emprendieron la travesía utópica de construir repúblicas libres? (Arpini, 2010: 56).

El final del Discurso de Angostura quizás nos oriente desde la interpelación que Bolívar formulara a los legisladores reunidos …

“Ya la veo sentada sobre el trono de la libertad, empuñando el cetro de la justicia, coronada por la gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno (…)

Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad. Señor, empezad vuestras funciones, yo he terminado las mías.”

También José de San Martín, además de su inmensa gesta libertadora de América, sentó bases en la conformación de un pensamiento “Nuestro – americano -.”

Emigró junto a su padre a España, en 1783 a los seis años de edad. En 1785, ingresó al Seminario de Nobles en Madrid, en donde recibió una sólida formación en distintas disciplinas. Ante la invasión a España por parte de Napoleón Bonaparte en 1808, participó de la resistencia del pueblo español, alistándose como teniente coronel del Regimiento de Caballería de Borbón. Retorna a la Patria San Martín en el año 1812, en donde por orden del Triunvirato crea el Regimiento de Granaderos a Caballo. Más tarde en Mendoza creará el Ejército de los Andes. Fue también activo instigador de la Logia Lautaro cuya finalidad era el trabajo en pos de la independencia americana.

Si bien tanto Bolívar como San Martín fueron depositarios de una formación teórica encuadrada en la Ilustración de su época, supieron ambos marcar una alteridad diferenciadora basada en el rescate y la reivindicación del “ser americano.”

San Martín además de su genio militar puesto al servicio de la causa americana, como lo demostrado en Chile y en el Perú, sintetizó en su pensamiento y discurso los valores de la libertad y los principios morales como garantes de la unidad y emancipación de los pueblos. Víctima de la incomprensión por parte de las élites gobernantes de Buenos Aires, partirá hacia su exilio en Francia en el año 1824. Previamente en Guayaquil, el 26 y 27 de agosto del 1822, tuvo el encuentro a puertas cerradas con Simón Bolívar, con quien analiza los destinos de la Revolución en América.

La historiografía cita pasajes del decir y del pensar sanmartiniano, que forman parte ya del acervo de ideas latinoamericanas. En su proclama ante el Ejército de los Andes, en Mendoza, en el año 1819 afirma:

“Seamos libres y lo demás no importa nada. Yo y vuestros oficiales daremos el ejemplo en las privaciones y los trabajos. La muerte es mejor que ser esclavos de los maturrangos.”  

En carta a Estanislao López, en el año 1819, expresaba:

“Unámonos, paisano mío, para batir a los maturrangos que nos amenazan: divididos seremos esclavos, unidos estoy seguro que los batiremos. Hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares y concluyamos nuestra obra con honor (…) El verdadero patriotismo, en mi opinión, consiste en hacer sacrificios; hagámoslos y la patria sin duda alguna es libre, de lo contrario seremos amarrados al carro de la esclavitud.”

En su Proclama a los habitantes de las provincias del Río de la Plata, fechada en la ciudad de Valparaíso, el 22 de julio de 1820, San Martín da cuenta de la campaña de desprestigio llevada adelante por sectores de Buenos Aires que querían sumar sus milicias en luchas internas de orden político:

“Compatriotas: yo os digo con el profundo sentimiento que causa la perspectiva de vuestras desgracias; vosotros me habéis acriminado aun de no haber contribuido a aumentarlas, porque este habría sido el resultado si yo hubiera tomado una parte activa en la guerra contra los federalistas: mi ejército era el único que conservaba su moral, y me exponía a perderla abriendo una campaña en que el ejemplo de la licencia ahumase mis tropas contra el orden. En tal caso era preciso renunciar a la empresa de liberar a Perú, y suponiendo que la de las armas me hubiera sido favorable en la guerra civil, yo habría tenido que llorar la victoria con los mismos vencidos. No, el general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas, y solo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sudamérica.”

Las vidas y gestas por la independencia de José de San Martín y de Simón Bolívar, fueron motivo de inspiración del gran poeta cubano José Martí. Este poeta y héroe de la independencia cubana definió a los americanos como “los hijos de la espada” (Martí, 1961:24).

En referencia a Simón Bolívar, proyecta su figura más allá de la muerte cuando exclama:

“¡Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el Inca al lado y el haz de banderas a sus pies; así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!” (Martí, 1961:24)

Vemos en el rescate de Martí, no a un Bolívar derrotado en su utopía, sino a través de él, a un pueblo que retoma su tarea inconclusa en América. Inaugura el pensamiento bolivariano el ideario de un programa político de unidad continental.

Completa Martí la semblanza del héroe americano con la siguiente descripción:

“… por los rincones todos de la tierra, los americanos están peleando por la libertad. Unos cabalgan por el llano y caen al choque enemigo como luces que se apagan en el montón de sus monturas; otros rienda al diente, nadan, con la banderola a flor de agua, por el río crecido; otros, como selva que echa a andar, vienen costilla a costilla, con las lanzas por sobre las cabezas, otros trepan un volcán, y le clavan en el belfo encendido la bandera libertadora. Pero ninguno es más bello que un hombre de frente montuosa, de mirada que le ha comido el rostro, de capa que le aletea sobre el potro volador, de busto inmóvil en la lluvia de fuego o la tormenta, de espada a cuya luz vencen cinco naciones.”

Visto este período de las luchas por la independencia americana durante el siglo XIX, sus batallas y procesos, fueron momentos en los cuales los americanos desafiaron la autoridad del gobierno central de España, proclamando sus derechos en el gobierno de sus propios asuntos públicos. Fue el nacimiento de los actuales Estados Nacionales en el sur continental, y se trató sin lugar a dudas de un proceso complejo de avances y retrocesos. Basta considerar en el caso del Río de la Plata, las posiciones encontradas frente a los sucesos revolucionarios de 1810, y el tiempo transcurrido en la suma de voluntades políticas que determinaron la proclamación de nuestra independencia en el año 1816.

De manera concomitante, España sufrió el desgaste producto de la guerra contra Francia tras la invasión de Napoleón a la Península Ibérica. Luego del desplazamiento de los Borbones, y más allá de la restitución a la corona de Fernando VII en 1814, el vínculo entre América y la metrópoli, ya no volverá a ser reestablecido. San Martín ingresa en Chile en 1817, e invade la costa del Perú en 1820. Desde el norte, Bolívar funda la República de Colombia en 1819. Luego del encuentro de Guayaquil entre los dos libertadores, Bolívar consolida la gesta americana imponiendo su control político en Bolivia (1825) y en el Perú (1826). Para el año 1822, Nueva España se conformará como la nueva República de México. Los márgenes de la Revolución Americana se ampliaban al costo de inmensos sacrificios humanos y económicos.

Los estudios americanos son coincidentes en sus análisis al señalar que en el proceso de la caída de la Corona Española y el surgimiento de las nuevas nacionalidades convergen distintos factores: el surgimiento de los nuevos imperialismos; el fortalecimiento de la identidad americana; el fuerte sesgo patriótico de los pueblos involucrados en las luchas; las nuevas ideas iluministas y las contradicciones de sectores al interior de la sociedad colonial. (Mc. Farlane, 2009:34)

Prof. Juan José Esteves.

Finalmente, les encomendamos la visita, dentro de este blog, a los siguientes «bloques de contenidos» de Bolívar y Martí, pertenecientes a la unidad que dimos inicio en esta guía de encuentro; a fin de realizar las lecturas y el visionado de los audiovisuales. También compartimos, de forma gráfica y a modo de devolución, algunos de los conceptos por ustedes propuestos en las últimas clases teóricas.

Referencias bibliográficas:

Arpini, Adriana y Jalif de Bertanou, Clara (directoras); Diversidad e integración en Nuestra América. Buenos Aires, Biblos, 2010.

Astesano, Eduardo; La Nación Sudamericana. Indianidad, Negritud, Latinidad. Buenos Aires, Temática, 1986.

Bolívar, Simón; Carta de Jamaica (citado en el programa de la asignatura).

Bolívar, Simón; Discurso de Angostura (citado en el programa de la asignatura)

Jacobsen, Alfredo, “Bolívar, Martí y Nuestra América”, en: VVAA; La Patria es América. CABA, Ediciones Madres de Plaza de Mayo,2011.

Martí, José; Bolívar, Washington, San Martín y otros temas. La Habana, Mirador, 1961.

McFarlane, Anthony; “La caída de la monarquía española y la independencia hispanoamericana.”, en: Palacio, Marco (coordinador); Las independencias hispanoamericanas. Interpretaciones 200 años después. Bogotá; Norma, 2009. 

Guía de encuentro | 4

Jueves 6 de mayo de 2021.

Quisiéramos en el encuentro de hoy recordar brevemente la obra y trayectoria de la socióloga argentina Alcira Argumedo, fallecida recientemente el pasado 2 de mayo del corriente año. En nuestra Cátedra hemos trabajado e incorporado muchos de sus conceptos y perspectivas respecto de la historia social contemporánea de Argentina y América Latina. Particularmente nos hemos nutrido con su texto esclarecedor desde la enunciación de su título, Los silencios y las voces en América Latina. 

Portada de Los silencios y las voces en América Latina de Alcira Argumedo.

Argumedo integró lo que se dio en llamar las Cátedras Nacionales, experiencia iniciada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, entre los años 1967 y 1973. Constituyeron estas Cátedras, verdaderos espacios de reflexión crítica del pensamiento de buena parte de generaciones de jóvenes que se incorporaban a la vida política universitaria y nacional. Eran tiempos, recordemos, de la llamada “Revolución Argentina” iniciada por el general golpista Juan Carlos Onganía; del estallido insurreccional del “Cordobazo” y de la muerte del “Che” Guevara en Bolivia. Tiempos en los cuales estaba aún vigente la proscripción del peronismo como fuerza política mayoritaria en la Argentina, y del exilio en España de su líder Juan Domingo Perón. Etapas de la historia nacional y latinoamericana, en los cuales se presenciaban aceleradas transformaciones en el mundo en general y en el país, que abarcaron diferentes planos políticos, sociales y culturales. 

Era este un mundo que insinuaba desde la posguerra una bipolaridad expresada en las tensiones geopolíticas de una guerra fría entre las dos grandes potencias: los Estados Unidos de Norte América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En este marco, el despertar de las naciones del llamado “Tercer Mundo”, movilizó a sectores populares, de la mano de liderazgos como los de Mahatma Gandhi, Mao Tse Tung, Fidel Castro, Ernesto Guevara, Gamal Abdel Nasser, Lumumba y Ho Chi Minh entre otros. Se trató de convulsionados procesos protagonizados por sociedades que culminaban largos períodos bajo dominios coloniales o neocoloniales. 

En un texto que Alcira Argumedo le dedica a otro intelectual argentino desaparecido durante la última dictadura militar en Argentina (1976 – 1983), el sociólogo Roberto Carri, se refiere a este “despertar del Tercer Mundo” en estos términos:

“La Revolución del Tercer Mundo fue acompañada por un rico movimiento intelectual, equivalente a lo que fuera la Ilustración en la Europa del siglo XVIII, con la emergencia de ideas y concepciones largamente silenciadas. Concepciones que hablan de la dignidad de las identidades étnico – culturales de los pueblos, considerados inferiores o primitivos en la visión de los imperios dominantes y las clases privilegiadas con su cultura universal eurocéntrica y la división del mundo entre Civilización y Barbarie.” (Argumedo en Carri, 2015:24)

Su esfuerzo intelectual estuvo siempre orientado en la revalorización de lo propio, del rescate del pensamiento que exprese una matriz autónoma, que no niega las herencias culturales de Europa, pero que incorpora un pensar desde “nosotros”. Este pensar propio desde América, no debía estar anclado únicamente a los circuitos académicos, sino que era menester recuperarlo desde otros saberes y tradiciones propias de los sectores populares. En palabras de Alcira Argumedo referidas a la formación de su generación:

“…nos preguntábamos por qué Kant o Hegel – que nos consideraban seres destinados a desaparecer por una congénita inferioridad o “pueblos sin historia” – y no Gervasio de Artigas o Simón Bolívar. Por qué Max Weber – con su definición de “pueblos acreedores”, obligados a pagar compensaciones por los aportes recibidos de los pueblos civilizados – y no José Martí. Por qué Talcott Parsons y no Scalabrini Ortiz o Arturo Jauretche; por qué no Perón. “ (Argumedo en Carri, 2015:26).  

La lectura de su libro Los silencios y las voces en América Latina, lleva como subtítulo “Notas sobre el pensamiento nacional y popular”. Su primer capítulo nos interpela con una pregunta que vertebra toda su obra: “¿Desde que nosotros pensar la modernidad?” Vamos solamente a señalar ahora algunos de los tópicos desarrollados en el capítulo, el cual dejamos para su lectura completa en el blog de Cátedra. Es importante a medida que avanzamos en su desarrollo, tratar de vincular estas cuestiones con los autores anteriormente abordados, ya que encontraremos puntos de vista concordantes y una continuidad de las problemáticas analizadas. 

Señala en primer término, la composición heterogénea de la identidad latinoamericana, producto de la variada afluencia de culturas originarias ancestrales, y de corrientes colonizadoras e inmigrantes, que se sumaron en procesos traumáticos de colonización y conquista desde 1492 en adelante. Esta heterogeneidad advertida en los sectores populares del continente, ha dado lugar a diferentes formas organizativas y de solidaridad, más allá de los propios partidos políticos. La riqueza y complejidad de los movimientos populares latinoamericanos, desbordan por momentos las propias matrices ideológicas plasmada en programas o principios partidarios. Hay una riqueza y complejidad heredada de profundos procesos culturales de siglos, que trasciende las propias categorías de análisis suministradas por las ciencias sociales de occidente.

Un segundo elemento importante que se señala en el capítulo, tiene que ver con la existencia de una matriz autónoma de pensamiento, que en palabras de la autora describe como:

“Afirmar la existencia de una matriz autónoma de pensamiento popular latinoamericano supone interrogarse acerca del potencial teórico inmerso en las experiencias históricas y en las fuentes culturales de las clases sometidas, que constituyen más de la mitad de la población del continente. Implica reconocer la legitimidad de las concepciones y los valores contenidos en las memorias sociales que, en el transcurso de cientos de años, fueron procesando la visión de los vencidos…” (Argumedo, 2001:18)

Aclara la autora que no se trata de formular una “autarquía teórica” de lo latinoamericano frente a lo europeo, sino de un diálogo o respuesta crítica frente a paradigmas instaurados mecánicamente desde las usinas del pensamiento dominante occidental. En esta dirección es que se revalorizan otras fuentes y documentos que constituyen un cuerpo original con el cual reconstruir las ideas políticas en América. Cobra valor entonces como fuentes, la importante tradición del ensayo latinoamericano, las producciones literarias y artísticas, los manifiestos políticos y proclamas de sectores sociales entre otros. 

En el examen realizado sobre los hechos y personajes de la historia, es interesante el tratamiento sobre las “vidas paralelas” y sus contextos diferenciados en los cuales realizan sus gestas históricas o producen las conceptualizaciones sobre su época. Así, vemos contrastar en el texto citado, a Tupac Amaru, líder de la rebelión indígena en América, con Kant, referente de la Ilustración europea en Alemania. 

Continuando con esta comparación entre vidas paralelas, desarrolla a continuación el análisis de fragmentos de dos contemporáneos del siglo XIX, el libertador Simón Bolívar, y la referencia teórica central del idealismo absoluto en Alemania y Europa, el filósofo Hegel.

Tanto el pensamiento y la acción política de Simón Bolívar, como lo que se continúa en el capítulo referido al líder de la independencia cubana, el poeta José Martí, son temas de nuestra segunda unidad del programa, las cuales vamos a abordarlas en nuestro próximo encuentro de los días 12 y 13 de mayo, cuando realicemos las clases teóricas virtuales por zoom. 

Les voy a solicitar para ese encuentro próximo, la lectura del primer capítulo, ¿Desde qué «nosotros» pensar la modernidad?, del texto Los silencios y las voces en América Latina de Alcira Argumedo. 

Les dejamos a continuación para que vean y analicen, algunos materiales audiovisuales y periodísticos de edición reciente, vinculados con el pensamiento y obra de la socióloga Argumedo. Serán trabajados también en nuestro próximo encuentro.

https://www.pagina12.com.ar/339301-esa-mujer-que-me-salvo-la-vida

Nota periodística de Albertina Carri en Página|12

Alcira Argumedo, entrevista realizada en el ciclo «Pioneras. mujeres de la sociología»



Prof. Juan José Esteves.

Referencias bibliográficas:

Argumedo, Alcira; Los silencios y las voces en América Latina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular. Buenos Aires, Ediciones del pensamiento nacional, 2001.

Carri, Roberto; Obras completas. Tomo 1. CABA, Ediciones Biblioteca Nacional, 2015.