Tiempo y espacio de lectura Blog de construcción colaborativa con lecturas literarias, recomendaciones, citas e informaciones

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¿Qué libros regalarías…?

Hace ya algunos años, con mis grupos del Taller de Lengua y Literatura de Ciclo Básico, venimos realizando una selección de libros que nos ha gustado mucho leer y de los cuales no hemos podido olvidar personajes, escenas o simplemente disfrutamos mucho de su experiencia de lectura. Se trata de esos textos que pasan a formar parte de nuestras vidas y van creciendo a nuestro lado, aquellas páginas o pasajes que de alguna forma nos ayudan a sentirnos mejor, a estar acompañados. Así pues, en las clases solemos compartir entre nosotros y nosotras distintas apreciaciones y vivencias literarias. Como es sencillo de imaginar, es una actividad muy placentera, la cual suele derivar en un breve texto ensayístico llamado “Recomendaciones literarias”.
En esta oportunidad, dadas las circunstancias tan particulares que transitamos durante el ciclo 2020, nuestro encuentro fue realizado por medio de la plataforma ZOOM. Allí, los alumnos y las alumnas de 1ero y 2do año 5ta fueron compartiendo y comentando oralmente cada una de sus lecturas preferidas. De este modo, surgió la lista de “Recomendaciones literarias” que en esta publicación les presentamos.
Quiero agradecer a cada uno y cada una de mis estudiantes por su dedicación y alegría al transmitir no sólo sus intereses lectores sino también sus singulares y creativas miradas acerca del acto de leer. Agradezco también al equipo de preceptores y preceptoras de Ciclo Básico por acompañarnos en los ZOOM y especialmente a la preceptora Cami por relatar brevemente mis comentarios sobre unicornios que verán más abajo.
El entusiasmo de cada estudiante al narrar sus pasajes preferidos y al argumentar el porqué de la selección se encuentra detrás de cada título elegido. Por ello mismo, me enorgullece compartir con ustedes nuestra lista de recomendaciones literarias. Les deseo la disfruten tanto como a nosotros y nosotras hacerla.

Alma Moran
Profesora de 1ero y 2do 5ta Ciclo Básico BBA.

PRIMER AÑO CICLO BÁSICO

BALLABRIGA, AMBAR –
• Erased (manga japonés), de Kei Sanbe
• El espejo africano, de Liliana Bodoc
BISIGNANI, RENATA
• La Historia interminable, de Michael Ende
• Casiperro del Hambre, de Graciela Montes
BONATTO ARZUAGA, JUANA
• Mentes poderosas, de Alexandra Bracken
• Diario de Pilar en Grecia. de Flávia Lins e Silva
• Wonder: La lección de August, de Raquel Jaramillo Palacio
DE LAS HERAS, SIMONA
• Crenshaw, Mi amigo imaginario, de Katherine Applegate
• Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, de Elena Favilli y Francesca Cavallo
GENDE, ANA
• Macanudo, de Liniers
• Los casos de Anita Demore, de Norma Huidobro
GUARNIERI, VIOLETA UMA
• Banana Fish, de Akimi Yoshida
MARAZZI, ALMA
• Las brujas, de Roald Dahl
MARTÍN, MATEO RAFAEL
• Los compas y el diamantito legendario, de Los Compas
TOBIA, JONAS
• Gaturro, de Nik
UHART, MARTINA
• Puki, un perronauta, de Pablo Zamboni
MIQUEO, HADA
• Mafalda, de Quino
VALENTÍN POGGI
• Harry Potter y la piedra filosofal, de J.K. Rowling
• El muro, de Klaus Kordon
BENJAMÍN GOMEZ
• Versos tradicionales para cebollitas, de M.E Walsh
• Diminuto ¡cuidado con el perro!, de Liliana Cinetto

SEGUNDO AÑO CICLO BÁSICO

ABRIL GAY PELLEGRINI
• El secreto del tanque de agua, de María Inés Falconi
• El reto de las galaxias, de Christopher Black

ANTONIA KAVANAGH
• Los casos de Anita Demare, de Norma Huidobro

CLARA MUSSO RODRIGUEZ
• Diciembre super álbum
• El espejo africano, de Liliana Bodoc

TOMAS ANDRADE
• Los vecinos mueren en las novelas, de Sergio Aguirre
CAMILA MAURIÑO
• El pez azul de Chagall ha desaparecido, de Valerie Leveque

CLARA LEONE CORREA
• Claro que no es fácil, de Silvia Braun

ANA COSTA PASTUSUK
• Pequeños relatos de grandes historias, de Amelia Earhart
• Harry Potter, de J. K. Rowling

MARTINA ARRUDA
• El principito de Antoine, de Saint-Exupéry

THIAGO BENITEZ
• Dioses y héroes de la mitología griega, de Ana María Shua

ELENA ABELLEIRA
• Cuentos de la selva, de Horacio Quiroga, particularmente recomienda el cuento “Las medias de los flamencos”

ALMA MORAN (Profe)
• Santiago, de Federico García Lorca (Se encuentra en la Biblioteca del BBA)
• De la historia y la verdad del unicornio, Ediciones Urano, Texto descubierto y anotado por Michel Green
• Willy, el soñador, de Anthony Browne, FCE Argentina
• Las pinturas de Willy, de Anthony Browne, FCE Argentina
• El juego de las formas, de Anthony Browne, FCE Argentina
• The Unicorn Tapestries[El Unicornio. Tapices], de Adolfo Salvatore Cavallo, The metropolitan Museum of Art, New York.

La mirada de Clarice Lispector

Amor (1952) de Clarice Lispector
«Un poco cansada, con las compras deformando la nueva bolsa de malla, Ana subió al tranvía. Depositó la bolsa sobre las rodillas y el tranvía comenzó a andar. Entonces se recostó en el banco en busca de comodidad, con un suspiro casi de satisfacción. Los hijos de Ana eran buenos, algo verdadero y jugoso. Crecían, se bañaban, exigían, malcriados, por momentos cada vez más completos. La cocina era espaciosa, el fogón estaba descompuesto y hacía explosiones. El calor era fuerte en el departamento que estaban pagando de a poco. Pero el viento golpeando las cortinas que ella misma había cortado recordaba que si quería podía enjugarse la frente, mirando el calmo horizonte. Lo mismo que un labrador. Ella había plantado las simientes que tenía en la mano, no las otras, sino esas mismas. Y los árboles crecían».
Así comienza el cuento «Amor» (1952) de la autora brasileña que hubiera cumplido 100 años en diciembre. 

Para seguir leyéndolo: 

https://www.apuruguay.org/sites/default/files/Lispector-Amor.pdf

Dice Florencia Garramuño sobre la literatura de Clarice Lispector:
«No se trata de narrar lo extremo o lo sublime; tampoco, de narrar aquello de lo que no se puede hablar porque la lengua se traba y se anuda en sí misma. Se trata, en cambio, de narrar lo más banal y lo más cotidiano, aquello que anida escondido en los recovecos de sensaciones y percepciones, pero que no alcanza a constituirse en acontecimientos o episodios narrables de una forma tradicional».

La nota completa en: 

https://www.lanacion.com.ar/cultura/clarice-lispector-los-misterios-gran-escritora-ucraniana-brasilena-nid2511726

Borges sigue escribiendo: «Silvano Acosta», un texto inédito

Mi padre fue engendrado en la guarnición de Junín, a una o dos leguas del desierto, en el año de 1874. Yo fui engendrado en la estancia de San Francisco, en el departamento de Río Negro, en el Uruguay, en 1899. Desde el momento de nacer contraje una deuda, asaz misteriosa, con un desconocido que había muerto en la mañana de tal día de tal mes de 1871. Esa deuda me fue revelada hace poco, en un papel firmado por mi abuelo, que se vendió en subasta pública. Hoy quiero saldar esa deuda. Nada me costaría fantasear rasgos circunstanciales, pero lo que me ha tocado es lo tenue del hilo que me ata a un hombre sin cara, de quien nada sé salvo el nombre, casi anónimo ahora, y la perdida muerte.
Asesinado Urquiza, la montonera jordanista asedió a Paraná. Una mañana entraron a caballo en la plaza y dieron la vuelta golpeándose la boca y gritando algún sapucai para hacer burla de la tropa. No se les ocurrió apoderarse de la ciudad.
Para levantar el sitio, el gobierno envió al regimiento número dos de infantería de línea. Faltaban plazas y una leva recogió algunos vagos en las tabernas y en las casas malas del Bajo. Acosta fue apresado en esa redada, entonces común. Nada me costaría atribuirle una parroquia de Buenos Aires o un oficio determinado -peón de albañil o cuarteador- pero esa atribución haría de él un personaje literario y no el hombre que fue lo que fue. A la semana desertó del cuartel y se pasó a los montoneros. Tal vez pensó que la disciplina entre gauchos sería menos severa que en las filas de un ejército regular. Tal vez quería desquitarse de haber sido arrastrado a la guerra. Prosiguió la campaña y un Destacamento del Dos trajo prisioneros. Alguien reconoció al pobre Acosta. Era un desertor y un traidor. El coronel Francisco Borges, mi abuelo, firmó la sentencia de muerte con la buena caligrafía de la época. Cuatro tiradores la ejecutaron.
Yo nací treinta años después. Un vago sentimiento de culpa me ata a ese muerto. Sé que le debo una reparación, que no le llegará. Dicto esta inútil página el diecinueve de noviembre de 1985.

Jorge Luis Borges dictó a María Kodama este texto el 19 de noviembre de 1985. Moriría en Ginebra unos meses más tarde, el 14 de junio de 1986.
Publicado por La Nación, 1/11/2020

https://www.lanacion.com.ar/cultura/silvano-acosta-el-texto-inedito-de-borges-nid2493608

Buena alumna. El difícil e irregular oficio de no ser

La protagonista de Buena Alumna, novela de Paula Porroni, escritora argentina radicada en Inglaterra, cuenta la historia de alguien que camina pero no avanza. No tiene nombre (si lo tiene, el lector no lo va a recordar) ni futuro aunque piense constantemente en él. El personaje, ni bien termina la enseñanza secundaria en Buenos Aires, a fuerza de insistir, logra que su familia le financie un viaje a Inglaterra, donde perfecciona primero su inglés y después estudia una carrera de grado, Historia del arte.
En pocas páginas, el relato da un salto en el tiempo y nos encontramos por segunda vez en el pueblo inglés donde cursó sus estudios. Ahora la protagonista sin nombre pretende realizar una carrera de posgrado. Por obligación, más que por afecto, mantiene contacto permanente con su madre, quien desde Argentina le envía el dinero suficiente para que pueda mantenerse. Solo le pide a cambio que escuche sus consejos, catarsis etaria mediante. “Aunque no estoy cansada, no quiero hablar con mamá.”.
Después de su intento fallido de ingresar a la Universidad X (la universidad tampoco tiene nombre), decide mudarse a Londres. Cada uno de los pasos que da no representa solo una migración geográfica sino también un desfasaje temporal. A medida que el tiempo transcurre, se va alejando progresivamente de sus compañeros de promoción y se aleja, a su vez, de su potencial ingreso a una universidad de prestigio. La vida se muestra como una fuerza independiente de sus deseos, una fuerza que la empuja hacia un destino en principio desconocido, aunque el lector no carece de indicios sobre la dirección que podría tomar.
La protagonista cierra las puertas de Buenos Aires mientras Inglaterra le va cerrando las puertas a ella. Una vez en la capital de la isla, un compañero ocasional le aporta una perspectiva un tanto desalentadora. “¿Vivís en Londres?”. “Sí”, es su respuesta. “Para mí significaría una tortura. Podría vivir en el sur de España o tal vez en Italia. Pero en Londres jamás”. De pronto, el Támesis deja de ser el Támesis, la arquitectura georgiana o victoriana pierde su belleza y Kensington, su encanto. De todos modos, si “el inglés” es “arrogante, materialista y superficial” como lo describe El serbio, Buenos Aires sigue sin ser una alternativa viable.
Del otro lado del mundo, como tantas otras veces, llegan noticias de una fuerte caída del peso y de una profundización de la crisis económica, pero ella se encuentra protegida por Inglaterra que, en el sentido económico, también es una isla. Por fin aprueba vía streaming el examen de ingreso a una politécnica de la Universidad de Leicester. La realización personal estabiliza y le da nombres a las cosas. No obstante, los rumores acerca de irregularidades en la financiación de las becas a extranjeros crecen de manera exponencial. ¿Se trata de rumores o de nuevas realidades económicas que van tomando forma y saliendo a la superficie?
Paula Porroni sabe de lo que habla porque hizo su carrera en la Universidad de Cambridge y conoce en primera persona la cadena interminable de instancias formadoras que impone el sistema universitario actual. ¿Qué sentido tiene la persecución indefinida de acreditaciones y títulos académicos? La narradora de Buena Alumna parece encontrarse dispuesta a pagar el precio de la enajenación por el solo hecho de mantenerse a distancia de su país de origen. A juzgar por la historia última de Argentina, nadie se encontraría en condiciones de contradecirla con argumentos medianamente sólidos, aunque, como lectores, nos deberíamos preguntar también si vale la pena deambular por la cinta sin fin de la burocracia universitaria. Como sostiene Mark Fisher, transitamos una época en que no estaría demás interrogarnos sobre el modelado preventivo de los deseos y su consecuente familiarización con la libido académico-burocrática.
Porroni, Paula. (2016). Buena alumna. Barcelona: Editorial Minúscula.

Rubén Dellarciprete

La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón

“Por espacio de casi media hora deambulé entre los entresijos de aquel laberinto que olía a papel viejo, a polvo y a magia. Dejé que mi mano rozase las avenidas de lomos expuestos, tentando mi elección. Atisbé, entre los títulos desdibujados por el tiempo, palabras en lenguas que reconocía y decenas de otras que era incapaz de catalogar. Recorrí pasillos y galerías en espiral pobladas por cientos, miles de tomos que parecían saber más acerca de mí que yo de ellos. Al poco, me asaltó la idea de que tras la cubierta de cada uno de aquellos libros se abría un universo infinito por explorar y de que, más allá de aquellos muros, el mundo dejaba pasar la vida en tardes de fútbol y seriales de radio, satisfecho con ver hasta allí donde alcanza su ombligo y poco más. Quizá fue aquel pensamiento, quizá el azar o su pariente de gala, el destino, pero en aquel mismo instante supe que ya había elegido el libro que iba a adoptar. O quizá debiera decir el libro que me iba a adoptar a mí. Se asomaba tímidamente en el extremo de una estantería, encuadernado en piel de color vino y susurrando su título en letras doradas que ardían a la luz que destilaba la cúpula desde lo alto. Me acerqué hasta él y acaricié las palabras con la yema de los dedos, leyendo en silencio”.
El libro que cambia la vida de Daniel Sempere es La sombra del viento y es el libro que también leemos con fruición, el primero de la tetralogía  El cementerio de los libros olvidados que comprende además El juego del ángel, El prisionero del cielo y El laberinto de los espíritus. Como dice el autor:

“Mi ambición no era tanto crear esa saga lineal de cuatro libros que continúan uno detrás de otro, sino crear un laberinto de historias, de personajes y tramas, que una vez estuviera completo con los cuatro libros, el lector pudiera reordenar a su voluntad. Entonces, mientras unos lectores entraron en la lógica como fueron publicados, otros lectores entraron a través de otro de los libros, que les permitía tener una experiencia diferente, una perspectiva diferente sobre los personajes y sobre la historia. Mi ambición era ofrecer una experiencia caleidoscópica”

Novela de formación, de cruces de historias, personajes y ambientes, que  nos ensimisman y nos hacen difícil dar vuelta la última página. Afortunadamente, tenemos tres novelas más para no extrañar una lectura cautivadora.

Finalmente, por si fuera poco, Carlos Ruiz Zafón compuso la banda sonora del libro. Destacamos especialmente el tema del Cementerio de los libros olvidados que acompaña el recorrido que hemos citado más arriba. Se puede escuchar en el enlace siguiente, mientras leemos y releemos el fragmento:    

https://www.youtube.com/watch?v=tK7gcESam9w