Por Erica E. Scorians y Mercedes Vernet
La literatura infantil permite el descubrimiento de un mundo nuevo a niños y niñas de diversas edades. Las canciones de cuna, los poemas, las rimas y los cuentos no solo son placenteros, sino que además acompañan el proceso de adquisición de la lengua primero y el proceso de alfabetización más adelante, contribuyendo en la ampliación del vocabulario, el desarrollo de la conciencia fonológica, la apreciación del ritmo y el aprendizaje de la macroestructura coherente de un texto. Desde muy temprana edad, vemos que el objeto libro favorece el desarrollo de la motricidad, la asociación de imágenes con palabras o escenas, la identificación de las primeras letras y palabras, entre otros beneficios. Además, los niños y niñas fortalecen el desarrollo emocional, social, cognitivo y moral, como explica Berta Braslavsky en una entrevista dada a la Fundación Leer:
Aunque al principio no puedan verbalizar los temas y símbolos literarios, reconocen la bondad y la lealtad de un personaje para cumplir una promesa, su desventura ante una injusticia, su coraje para vencer el miedo, su ingenio para vencer contrariedades. Progresivamente, a medida que vencen las dificultades que presenta el sistema alfabético de escritura, con la ayuda, además, de estrategias específicas, los niños irán desarrollando los procesos superiores de la mente que les faciliten el acceso a la comprensión profunda del simbolismo de los signos escritos.
Ahora bien, sin intentar reemplazar ni desalentar la lectura de libros o la escucha de rimas, consideramos que el contacto temprano con la literatura puede ser enriquecido por las posibilidades de las “nuevas” tecnologías: internet ofrece muchos sitios que, de diversas maneras, fomentan la apreciación literaria por parte de niños y niñas.
Si bien es cierto que, a menudo, dudamos acerca del uso de los dispositivos digitales durante la infancia, por la posibilidad de caer en un abuso de estos, creemos que usados en la medida justa y con un propósito educativo en mente, podemos permitir que niños y niñas aprovechen ciertos recursos en línea sin que estos interfieran con las relaciones sociales y familiares, además de con su desarrollo cognitivo. Niños y niñas no nacen sabiendo usar el teléfono celular o la tableta, como se dice comúnmente, es nuestro deber educarlos también en el uso de las tecnologías, poniéndolos en contacto con recursos multimediales que abran sus sentidos a diferentes modos de representar y explorar una obra literaria.
Por ejemplo, YouTube, frecuentemente usado con fines recreativos, puede ser utilizado con fines pedagógicos. Hay una gran cantidad de libros que son filmados mientras que sus autores/as, narradores/as u otras personas los leen. También, hay plataformas específicas donde, además de los cuentos, encontramos tareas de comprensión interactivas para ser realizadas por niños y niñas. Otra posibilidad es descargar libros con animaciones sencillas, donde personajes “cobran vida” al moverse y hablar.
En la próxima entrega, analizaremos cada uno de estos ejemplos en profundidad, describiremos sus características principales, exploraremos las posibilidades que brindan y reflexionaremos sobre sus beneficios.
Referencias
Entrevista a Berta Braslavsky (s.f.). Recuperada de: https://www.leer.org/Recursos-Educativos/Docentes/Entrevistas/Berta-Braslavsky