El aula extendida como recurso para trabajar con la generación Z – Parte 2


Por Manuela Orbe

En esta continuación del tema que comenzamos a principio de mes, intentaremos abordar algunas de las cuestiones planteadas, principalmente en torno al uso de las TIC como herramientas para lograr que nuestros alumnos sean más autónomos en cuanto a su propio aprendizaje.

Entre los diversos autores que tratan el tema del uso de herramientas digitales (como por ejemplo, los e-portafolios), encontramos a Navarro García Suelto (2014), quien plantea que el objetivo de los docentes debe ser enseñar a los alumnos a ser autónomos y críticos con la información, para que sean partícipes activos de la construcción de su propio conocimiento. Como habíamos anticipado en la entrada anterior, para ajustar nuestras prácticas docentes a estas nuevas necesidades y lograr que los alumnos alcancen esa autonomía, dentro y fuera del aula, debemos atender no solo a sus características individuales, sino también a las que los definen como miembros de la Generación Z.

Como respuesta a estas cuestiones, en la última década se ha abordado el tema de los Entornos Personales de Aprendizaje (González Sagardoy et at., 2010), que incluyen distintas herramientas que utilizan los alumnos para dirigir su propio aprendizaje. También se ha hablado de blended learning o aprendizaje combinado, que implica una reconfiguración de nuestras prácticas para integrar la formación presencial y el uso de TIC (Amilibia, 2014). Estos enfoques educativos ponen en evidencia la necesidad que mencionan González Sagardoy y Torres (2010) de romper la línea entre contextos formales e informales de aprendizaje y generar un nuevo ámbito de interacción.

¿Cómo lo logramos? A través de recursos y dispositivos específicos, seleccionados por el docente, quien tendrá entonces un doble trabajo: por un lado, ser realista a la hora de elegir los dispositivos con los que desea trabajar dentro y fuera de clase (tabletas, computadoras portátiles o de escritorio, pizarras interactivas y teléfonos celulares), teniendo en cuenta que el contexto socioeconómico de su institución educativa condiciona los tipos dispositivos disponibles; y por otro, seleccionar los recursos digitales que deberán ser no solo adecuados, sino esencialmente enriquecedores para el tipo de actividad y contenido con el que están trabajando.

El uso de apps, portafolios digitales, servicios de alojamiento de archivos, blogs, escritorios virtuales personalizados, plataformas educativas en línea, etc. nos sirven para llevar un registro y una evaluación más personalizada del trabajo y progreso de cada alumno; para tener una comunicación más directa fuera de clase, en caso de ausencias o trabajos domiciliarios; para que ellos mismos tengan control sobre sus producciones y sean conscientes de sus propios objetivos de aprendizaje; para que puedan realizar instancias de autoevaluación y evaluación de pares; y finalmente, para que aprendan a usar estrategias y herramientas digitales con fines educativos y no meramente recreativos, es decir, para que dejen de ser “visitantes” en esta área de la tecnología y comiencen a ser “residentes”, en términos de Le Cornu (2011).

Al principio de este debate planteamos que integrar todas estas cuestiones de manera efectiva es un desafío porque claramente no es un trabajo fácil. Sin embargo, nos permitirá crear un espacio fuera del aula física, un “aula extendida” (como se cita en Amilibia, 2014), que además del uso de tecnología, incorpore las relaciones múltiples que se establecen entre docentes y alumnos, y el material de estudio que se utiliza en clase. El uso de estos nuevos espacios debe ser situado dentro de un marco de reflexión crítica tanto por parte del docente como de los alumnos, para que los últimos se conviertan en usuarios críticos de las TIC y agentes autónomos, responsables y gestores de su propio aprendizaje, en un contexto que lo demanda cada vez más.

 

BIBLIOGRAFÍA

Amilibia, I. (2014) “Aspectos de la enseñanza y aprendizaje “combinados” en una experiencia de aula extendida.” Ponencia presentada en IX JIDEEP, FTS, UNLP. Disponible en: http://hdl.handle.net/10915/48711

González Sagardoy, B., y Torres, L. (2010). Autonomía del aprendiente de ELE a través de la tecnología y de la competencia digital. En: XIX Encuentro Práctico de profesores de ELE. [en línea] Disponible en: http://www.encuentro-practico.com/pdf10/autonomia.pdf

Le Cornu A., White D. (2011), Visitors and Residents: A new typology for online engagement. First Monday, Volume 16, Number 9 – 5 September 201. Disponible en http://firstmonday.org/ojs/index.php/fm/article/view/3171/3049

Navarro García Suelto, M.C. (2014). El e-portfolio como herramienta educativa y de motivación en educación secundaria: ventajas y dificultades en su aplicación. Un caso de estudio de investigación-acción [en línea]. Edutec. Revista Electrónica de Tecnología Educativa, 50:1135-9250. Disponible en: <http://www.edutec.es/revista/index.php/edutec-e/article/view/211

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