Ser alumno hoy, docente mañana – Parte 1


   Por Manuela Orbe, Guadalupe Orgeira, Marí­a Laura Palladino, María Paula Saba y Lautaro Veloz

Lo que sigue es una serie de reflexiones, algo deshilvanadas, de un grupo de alumnos del Profesorado de Inglés de la UNLP sobre lo que estamos aprendiendo ahora en relación con nuestra futura labor docente.

Ser alumno, hoy, implica también ser parte de un proceso de «repensar» la educación. No es cosa menor que, como alumnos del Profesorado en Inglés y presentes/futuros docentes, tengamos la posibilidad de crear y acceder a espacios donde poner en tela de juicio el sistema que atravesamos (y que luego vamos a ocupar desde otra posición). Ser alumno hoy conlleva la responsabilidad, también, de pensar en los alumnos de mañana, y es nuestro derecho y deber contribuir a la construcción de algo mejor. Es nuestro deber formarnos para educar alumnos con capacidad de producir independientemente y construir un futuro mejor en el marco de la sociedad en la que vivimos. El producto de la educación llevada a cabo de una forma consciente trae como consecuencia la posibilidad de soñar con un mañana mejor.

Se nos presenta un doble desafío. Por un lado, encontrar la manera de incorporar las innovaciones tecnológicas, primero en nuestra formación académica, y más tarde en nuestra práctica docente/profesional. Hoy en día, en la era tecnológica que nos toca vivir, con rápido acceso a Internet y otras aplicaciones, es fundamental que como alumnos hagamos uso productivo de las herramientas disponibles en Internet para luego poder apreciar y enseñar su uso a nuestros alumnos. Por el otro, debemos tomar conciencia de las dificultades que supone encuadrar estos nuevos enfoques en el marco de una sociedad cuyo acceso a los recursos es desigual. Como producto de esta realidad actual, muy pocas escuelas tienen el acceso a recursos audiovisuales que permitan despertar el interés del alumno frente al aprendizaje desde otro ángulo. Frente a esta realidad, como presentes/futuros docentes nos encontramos en la disyuntiva de, por un lado, llevar nosotros mismos este tipo de recursos, si es que los tenemos a nuestro alcance (como es el caso de los parlantes de la computadora), para reproducir canciones o historias, o, de lo contrario desistir de trabajar con este tipo de herramientas didácticas.

Innovar no es solamente incluir el uso de la tecnología en el aula. Es entender, también, que los modos de interacción de los sujetos están mediados por esa tecnología y por la inmediatez, cambiando constantemente, y con ellos cambian los mecanismos a través de los cuales configuran su identidad. En este sentido, nosotros debemos reflexionar sobre la identidad de nuestros alumnos, comprendiendo que la tecnologí­a forma parte de su vida cotidiana y su desenvolvimiento educativo y social.

 

 

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