Dinámicas de colaboración (virtual) 4


Por Sandra Gargiulo y María Jimena Ponz

En este nuevo artículo, tal como anticipáramos en “El trabajo colaborativo virtual”, nos referiremos a algunas dinámicas que pueden resultar útiles a la hora de trabajar colaborativamente en entornos digitales. Para ello, recurriremos a las descritas por Manso et ál. (2011). Estos autores proponen una serie de dinámicas que pueden ponerse en juego al diseñar actividades que impliquen una colaboración (virtual) y, además, en cada caso analizan las posibles ventajas y desventajas en cuanto a su implementación.

La primera dinámica sugerida es la dinámica de producción conjunta. En ella los participantes trabajan en simultáneo en una misma tarea durante un lapso de tiempo acordado y obtienen un producto compartido. Si bien puede haber distribución de tareas, todos son responsables del producto final. Esta dinámica exige gran coordinación, negociación permanente y el establecimiento  de acuerdos, por lo que puede resultar complicada si los participantes son muchos. Los wikis, por ejemplo, posibilitan la realización de proyectos de escritura colaborativa mediante el uso de esta dinámica. También lo hacen sitios como Google Drive, que permite el uso de  editores en línea (Documentos de Google)  y la creación de presentaciones con diapositivas en línea. Otra buena opción para la producción conjunta de presentaciones es Prezi.

La segunda mencionada es la dinámica de producción secuenciada. Aquí el participante 1 realiza una tarea o paso que es necesario para lo que debe hacer el participante 2. Los participantes deben conocer el objetivo del producto final, que será desarrollado entre todos. Esta dinámica genera un compromiso con los demás participantes y los aportes individuales son altamente valorados, pero la interdependencia puede jugar en contra si uno de los participantes no cumple, ya que en ese caso el proyecto fracasa. Pueden utilizarse las hojas de cálculo en línea, por ejemplo,  para realizar una actividad colaborativa mediante esta dinámica, en donde  el participante 1 recolecta datos en una hoja de cálculo en línea y el participante 2 accede a la hoja compartida y toma los datos allí cargados para elaborar un informe, que luego será editado por ambos y publicado en un blog.

La tercera dinámica propuesta es la dinámica de producción complementaria. En ella el participante 1 produce una porción del total y el participante 2, la otra. Entre todos desarrollan el producto final, el cual es desconocido inicialmente. En esta dinámica, la interdependencia de los participantes no es un factor que pueda jugar  en contra para el éxito del proyecto, que puede igualmente llevarse a cabo (aunque de manera menos rica) si uno de los participantes no cumple. Aquí, los participantes no están comprometidos con todos los aspectos del proyecto, por lo que puede ser necesario realizar alguna actividad de refuerzo final, para que todos se apropien del producto final. Utilizando herramientas para la creación de pósteres digitales, el participante 1 y el participante 2 podrían, mediante esta dinámica, elaborar cada uno un póster digital individual sobre alguna temática trabajada, que luego serán publicados por el docente en, por ejemplo, un mural digital interactivo o en un blog.

La cuarta dinámica presentada es la dinámica de producción mosaico. Aquí todos los participantes vuelcan datos en una base de datos común, que luego serán usados para hacer un análisis o como insumo para una producción. En esta dinámica, la interdependencia entre los participantes hace que, aunque algunos desistan, el proyecto se pueda llevar a cabo de todos modos. Sin embargo, se corre el riesgo de que los participantes solo intervengan en la etapa del aporte individual y no participen en el trabajo con las producciones de los otros. Pueden usarse, por ejemplo, hojas de cálculo en línea para la toma de datos o formularios en línea que permiten el diseño de encuestas sobre un tema dado que se está trabajando en clase, que luego pueden analizar todos los integrantes de un curso que aportaron los datos o completaron la encuesta.

Finalmente, la última propuesta es la dinámica de producción en espejo. En ella el participante 1 y el 2 usan una misma metodología o estructura para hacer una tarea en forma paralela. Luego, ambas producciones se comparan y contrastan y se realiza una retroalimentación constructiva del trabajo del otro participante. La colaboración se da en esta segunda etapa. En esta dinámica se crea un vínculo estrecho entre la pareja de participantes, pero se corre el riesgo de que alguno de los dos desista o que se limiten a realizar el primer paso del trabajo, con lo cual el proyecto fracasa. Como ejemplo, podría pensarse aquí en la escritura individual de composiciones (en el área de las lenguas) o la confección de resúmenes de temas estudiados en clase (para cualquier área), que luego son compartidos  y editados por otro participante mediante sistemas que permiten compartir archivos digitales en la nube o bien utilizando desde el inicio de la actividad editores que permiten la colaboración en línea.

¿Alguna vez han  utilizado alguna de estas dinámicas? ¿En qué proyectos? ¿Cuáles fueron los resultados, en la opinión de ustedes y en la de los destinatarios del proyecto? ¿Cuáles dinámicas presentan mayores ventajas? ¿Por qué? Esperamos que compartan sus experiencias al respecto por los canales habituales (Facebook, Twitter, LinkedIn y comentarios en este blog). Próximamente  los volveremos a invitar a completar una nueva y brevísima encuesta.

Bibliografía

Manso. M. Pérez, P. Libedinsky, M. Light, D. Garzón,  M. (2011). “Cap. 2: La colaboración y el trabajo en red con TIC”. En Las TIC en las aulas. Experiencias latinoamericanas (pp. 35-58).  Buenos Aires: Paidós.


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