Por Silvia C. Enríquez
¿Qué son?
Si bien desde la inauguración de nuestro proyecto procuramos dar a conocer la noción de comunidad de práctica a través de nuestro sitio web (que les recomendamos leer), somos conscientes de que puede resultar una novedad que no resulta tan fácil de comprender o hasta de imaginar. La razón fundamental es que su funcionamiento, y hasta su misma existencia, se distancia en gran medida de la educación formal, institucional y guiada por un docente que se supone poseedor del conocimiento. Hasta hace pocos años esa era la única experiencia de aprendizaje que teníamos todos, y esta situación no se ha modificado aún para muchas personas.
En contraste, en una comunidad de práctica todos los miembros tienen el mismo status y cada uno de ellos debe aprender a tomar la iniciativa, tanto para mejorar su formación como para aportar conocimiento, cuestionar lo hecho o abrir nuevos caminos de análisis. Además, todos permanecen en ella por voluntad propia, sin ningún tipo de obligación sino, en todo caso, por el propio interés en el progreso personal y el mejoramiento de su trabajo.
Para leer más sobre este tema, les recomendamos
Comunidades de práctica para docentes: internet en el aula
Comunidades de práctica en el entorno profesional
¿Por qué trabajar en ellas?
Como afirma Henry Jenkins, “Muchos maestros han demostrado una enorme capacidad de aprendizaje. Es una lástima que varios de ellos dejaran de aprender una vez que se convirtieron en docentes. La mejor manera de establecer su autoridad en una clase más participativa es modelar su propio proceso de aprendizaje, para mostrar capacidades de exploración y crecimiento, que es lo que uno espera ver en sus alumnos. (…) Actuamos como si ya supiésemos todo, (…) como si se llegara a un punto en el que no es necesario aprender más. Si la vida en el siglo XXI nos enseñó algo, es la idea de que el aprendizaje es un proceso que dura toda la vida”.
Sin embargo, debemos reconocer que a veces nos ha costado comprender esta idea, sin darnos cuenta de que el tiempo invertido en perfeccionarnos es imprescindible también para jerarquizar nuestra profesión y responder a las demandas de nuestro trabajo.
En este contexto una comunidad de práctica nos puede ayudar a personalizar nuestro aprendizaje, sin depender de la cercanía a ninguna institución ni de la necesidad de ajustarnos a tiempos de trabajo que nos pueden resultar imposibles de sostener.
¿Cómo participar de una comunidad de práctica?
Una comunidad de práctica trabaja por medio de una serie de herramientas que se organizan y relacionan de modo tal que permitan que sus miembros cuenten con un espacio de encuentro en el que disponen de todos los recursos necesarios para comunicarse, intercambiar información y almacenarla. Este espacio debe facilitar que todos ellos puedan acceder a la totalidad de los contenidos y contribuir a acrecentarlos, modificarlos o debatir sobre ellos para generar nuevo conocimiento.
En un espacio de este tipo el trabajo sigue los derroteros propuestos por los mismos participantes, y cada uno de ellos selecciona su recorrido personal en función de sus necesidades e intereses profesionales específicos. No existe un plan único o un docente que dirija el trabajo de los demás, si bien en nuestro caso el equipo de la comunidad procurará permanentemente iniciar nuevas líneas de análisis y debate, encauzar las iniciativas de quienes necesitan asesoramiento sobre cómo proceder, y en general sacar el mayor partido posible de lo que los miembros propongan o necesiten.
En términos más prácticos: los invitamos a animarse a participar y hacer algo más que observar y aprender de la información ya existente, es decir tener voz propia en la comunidad aportando información, experiencias y preguntas, porque no sólo las respuestas cuentan. Todos sabemos parte de lo que hay que saber, y desconocemos otras cosas. El objetivo de Docentes en línea es que todos los miembros intercambiemos conocimientos y nos ayudemos a progresar en conjunto.
Bibliografía:
Jenkins, H. (2011) «Entrevista a Henry Jenkins» En Educación y tecnología. Las voces de los expertos. Buenos Aires, Anses.
Wenger, Etienne; Richard McDermott, William Snyder (2002) Cultivating Communities of Practice: A Guide to Managing Knowledge. Boston, Massachusetts: Harvard Business School Press.
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Es impresionante lo que explican, realmente muy valorado el artículo. Hoy en día es muy importante entender éste concepto, sobre todo por la etapa de transición que estamos pasando. Como afectan estas prácticas a las nuevas metodologías de trabajo a las que de manera forzada hemos tenido que adaptarnos. Las actividades relacionadas con el trabajo a distancia se han fortalecido y las distintas herramientas que empleamos para poder llevarlas a cabo abarcan desde ordenador hasta software como loquendo para conseguir pasar textos a voz y hacer video tutoriales, guías o demostraciones a los alumnos.
Es muy cierto lo que comentas Gonzalo la realidad es que tener que adaptarse a éste nuevo mundo ha sido muy difícil pero necesario. La educación tiene que cambiar así como las herramientas que utilizamos. Por cierto uso mucho a loquendo que mencionas. Saludos!
Me impactó particularmente la siguiente afirmación de Jenkins: “Muchos maestros han demostrado una enorme capacidad de aprendizaje. Es una lástima que varios de ellos dejaran de aprender una vez que se convirtieron en docentes.» Afortunadamente, no me considero uno de estos maestros pero sí soy consciente de que existen muchos docentes que piensan y actúan así. Lo que podría agregar es que muchas veces el desinterés proviene del docente mismo pero muchas otras, también se origina en una falta de apoyo por parte de las instituciones. Con esto no quiero minimizar el compromiso personal del docente pero sí destacar que muchas instituciones no brindan el espacio ni el tiempo para que el docente se sienta impulsado a continuar desarrollando sus estudios y aprendizajes. Tengo la enorme fortuna de trabajar en lugares que, en mayo o menor medida, proveen las herramientas y espacios para que sus docentes se capaciten y es una de los puntos que más valoro de mis trabajos.
Ciertamente que en el enunciado «…La mejor manera de establecer su autoridad en una clase más participativa es modelar su propio proceso de aprendizaje, para mostrar capacidades de exploración y crecimiento, que es lo que uno espera ver en sus alumnos…», sintetiza una excelente estrategia de motivación para aprender.
Saludos cordiales
No conocía realmente que existía este concepto de «comunidad de práctica» pero hace mucho que he descubierto cómo se potencia la motivación, los conocimientos, la creatividad cuando uno – al menos como docente- se encuentra con otros docentes, intercambia ideas, es escuchado, es cuestionado, sugiere y le sugieren bibliografía y recursos. Tuve la suerte de tener un trabajo donde todo se pensaba en equipo. No sabía trabajar así, al principio mi posición era llevar lo mío para defenderlo. Al final descubrí que las mejores ideas se me ocurrían cuando empezábamos a pensar juntos y que lo mejor era dejar las ideas previas a un costado. Por ahí era productivo llevar algo escrito pero sólo como una base para modificarlo del todo. Bueno, me parece que apoyarse en una teoría le va a dar otro sustento a esta convicción.
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