La vida en el entorno digital 5


Por Sandra Gargiulo

sbgargiulo@gmail.com

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En su obra Los Señores del aire: Telépolis y el Tercer Entorno, Javier Echeverría da cuenta de la existencia de tres entornos en los que se desarrolla el ser humano en la actualidad: el primer entorno (E1) o entorno natural, el segundo entorno (E2) o entorno social y cultural y el tercer entorno (E3) o ciberespacio, a quien el autor denomina Telépolis, o la ciudad global y a distancia. Para vivir en este entorno artificial y tecnologizado en donde se dan todo tipo de manifestaciones sociales, culturales, artísticas, etc., el ser humano necesita usar hardware, software y una interfaz. Este ciberespacio, que según el autor es un espacio reticular, multicrónico y representa un mundo de acción paralelo con autonomía y tan real como la vida misma, constituye un entorno complejo en el que los niños y adolescentes deben aprender a desenvolverse.

Vivir en Telépolis no es tan sencillo como puede parecer a simple vista, ya que implica el desarrollo de nuevas competencias para socializar, interrelacionarse y moverse en este entorno, y una nueva y diferente alfabetización, a la cual Echeverría denomina alfanumerización:

“Ya no basta con aprender la lengua o las lenguas de E1 y E2 que más incidan en nuestro ámbito social y familiar. Además, hay que aprender a leer y escribir imágenes, aprender a leer y escribir programas informáticos, aprender a leer y escribir páginas web, aprender a establecer vínculos (links) entre textos, imágenes y sonidos, etc. Una persona culta que quisiera adaptarse al tercer entorno tendría que saber gestualizar bien ante una cámara de televisión, manejar bien un ordenador, saber mezclar, analizar y comentar un documento multimedia, saber navegar (y protegerse) en las redes telemáticas, saber diseñar sus propios signos de identidad (incluidas las imágenes digitales de su cuerpo y sus firmas digitales), etc. Y no sólo tendría que saber hacer todas estas cosas, sino que además debería tener cierto grado de competencia en todos estos procesos semióticos, al igual que ahora se exige que uno hable, escriba o calcule bien” ( Echeverría, 1999: 278).

Ante semejante panorama, cabe preguntarse el rol que juegan los adultos, ya sean padres o docentes, en el acompañamiento de estos procesos de construcción de competencias en los niños y adolescentes, acompañamiento para el cual muchas veces no están preparados, según el autor, dejando a los sujetos en formación librados a la buena de Dios en las calles de Telépolis.

Este acompañamiento deseable dista mucho de  la protección que se pretende brindar por la mera vigilancia y censura del material al que los niños y adolescentes tienen acceso, por ejemplo, en Internet, protección esta que se confunde con el deseo de vigilarlos y disciplinarlos (Burbules y Callister, 2008). Se trata, más bien, de ayudar y acompañar en la construcción de sujetos críticos a la hora de  enculturarse en el tercer entorno.

Trabajar con proyectos educativos digitales multimedia en línea hace posible abrir telepuertas y televentanas, como diría Echeverría, a través de las cuales ingresen acompañados a la cibercultura niños y adolescentes críticos, cuestionadores y capaces de trabajar para construir su propia autonomía e identidad.

Bibliografía

Burbules, N. y Callister, T. (2008). “Vigilancia e intimidad: ¿puede la tecnología     proteger lo que quita?”. En Educación: riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información (pp. 197-221). Buenos Aires: Granica.

Echeverría, J. (1999). Los Señores del Aire: Telépolis y el Tercer Entorno. Barcelona: Ediciones Destino.


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5 thoughts on “La vida en el entorno digital

  • Respuesta
    Maydelin

    Muy interesante este artículo y comparto las opiniones de los que han escrito hasta el momento. Me preocupa mucho el hecho de que, por increíble que parezca, muchos colegas docentes que conozco, no quieren admitir la existencia de este tercer entorno, algunos incluso en tono irónico se refieren al ciberespacio como algo salido de las películas de ciencia ficción. Ante esta realidad, al menos en mi país (Cuba), pasará mucho tiempo para que las prácticas en el uso de las TIC sean algo cotidiano utilizado por la mayoría. Por lo pronto, aunque pocos, existen profesores interesados en usarlas y marcar la diferencia…….
    Muy bueno su blog, saludos cordiales, Maydelín.

  • Respuesta
    Mariela López Domínguez

    Si hablamos de un artículo tanto bueno como oportuno, podríamos incluír a este.
    El sujeto se dice por la cultura de su tiempo y lugar. Tal vez estas nuevas formas de comunicación nos ayuden «hoy», mucho más, a producir mensajes propios. Esto es tan viejo como la humanidad!. A nuevas revoluciones, nueva adaptación. La complejidad estaría dada por la velocidad y la dinámica en que se suceden estas producciones, cosa que a Platón no le pasaba. Sacando un poco de cáscara y no entrando en pánico podremos apoyarnos en estas atmósferas nuevas para dialogar mejor (un objetivo esencial de la comunicación). Insisto, si el foco está en la produccion de sentidos y agrego, sentidos sociales, el control sobre las herramientas será más lábil. Por otra parte, contestando a las preguntas, me parece que las ganas de capacitarnos e informatizarnos dependerá de la falta que nos hagan para mejorar la comunicación con «el otro». Cuando hay necesidad…

  • Respuesta
    Docentes en linea

    ¡Gracias por dejarnos tu comentario! Es cierto, Ileana, que vamos adaptándonos a la tecnología en nuestra vida diaria, aunque no sucede lo mismo a la hora de las prácticas pedagógicas como docentes. Toda una paradoja, ¿no?, si pensamos en el rol que tiene la escuela a la hora de ayudar a enculturarnos. ¿Qué les parece? ¿Por qué será que nos pasa? ¿Por miedo, desconocimiento, desinterés, apatía? Esperamos comentarios;-)

  • Respuesta
    Ileana Domínguez Garcí

    Me parece muy interesante este artículo que valora la teoría acerca del tercer entorno. Es cierto que los profesores vamos adaptándonos poco a poco a la tecnología e incorporando sus adelantos a nuestra vida, no siempre a nuestra práctica pedagógica y eso nos pone en desventaja con los estudiantes. Por otra parte, debemos preparar a nuestros alumnos a «leer» desde otro concepto lo que incluye todas las medias y las posibilidades que estas ofrecen.